Historia
Entre los primeros trabajos realizados con base en tierra hay que citar el estudio de la posible industrialización de las marismas de Baldayo, y los estudios sobre posibilidades de repoblación ostrícola de la ría de Puentedeume y sobre los yacimientos de moluscos comestibles de las rias de Muros y Noya.
Cuando en los últimos años de la Monarquía, la Dirección General de Pesca creó su Asesoría Biológica, al frente de la cual fue nombrado el profesor Luis Lozano y Rey, este, de acuerdo con las ideas del Instituto Español de Oceanografía, propuso la creación de una delegación biológica en A Coruña y de un parque de experiencias de moluscocultura en la ría del Burgo, todo ello bajo la dirección del biólogo Manuel Sánchez y Sánchez.
Basándose en estos antecedentes, y venciendo no pocas dificultades derivadas de una evidente carencia de suficientes medios económicos, de material y de personal, el Instituto decidió la instalación de un Laboratorio en A Coruña.
Estando en marcha la preparación del segundo Plan de Desarrollo Económico-Social, el Instituto formuló ante el mismo, pero también para la fase intermedia entre el primero y segundo planes, correspondiente a 1968, un anteproyecto de instalación en A Coruña de un Laboratorio Oceanográfico y de diversas instalaciones anejas.
En la primera gestión, recibida con excelente espíritu la propuesta de creación del Laboratorio, que habría de llevar aneja la del acuario, las autoridades Coruñesas ofrecieron el Castillo de San Anton, ofrecimiento que hubo de desecharse por no reunir aquellos locales las condiciones necesarias.
Surgió entonces otra propuesta concreta, a la que el Ayuntamiento dio inmediatamente su beneplácito, consistente en una oferta de cesión de terrenos por parte de la Junta de Obras del Puerto de La Coruña en las proximidades del muelle de las Animas y del dique Barrié de la Maza, En dichos terrenos y a sugerencia de la junta de Obras del Puerto se realizaría la edificación conjunta del Laboratorio, del acuario y de determinadas dependencias de la propia Junta de Obras del Puerto.
Posteriormente, y para no tener que esperar a la culminación de estos proyectos o gestiones, el Instituto instaló en A Coruña un Laboratorio provisional, estableciéndose en unos reducidos locales de la antigua Comisaría del muelle de Linares Rivas.
A partir de 1976, y gracias al nuevo Laboratorio, se inicia un conjunto de proyectos de investigación, que con la nueva infraestructura y un acelerado proceso de dotación de material científico, tratara de adaptarse a las grandes exigencias de la investigación marina actual. El edificio queda dividido en tres zonas. La primera planta se dedica a las instalaciones de acuicultura, y dispone de suministro de agua del mar, cámara de incubación de larvas y de fitoplacton, área de acondicionamiento de reproductores y de cultivo de postlarvas, así como de Laboratorios; en la segunda planta se ubican el conjunto de Laboratorios de química, biología y física, y los despachos de los investigadores; el sótano se destina a los talleres generales de mantenimiento, almacenes y cámaras frigoríficas, En 1981 se hace cargo de la dirección Nicolás González García-Estrada. En los años sucesivos se fue completando la dotación de material científico, y en 1986 se realizó una obra de reacondicionamiento para mejorar las instalaciones de cultivo y la superficie dedicada a oficinas generales, de acuerdo con las exigencias que se derivaban del continuo aumento del personal y del desarrollo de proyectos de investigación cada vez más complejos.
En la actualidad, el Laboratorio Oceanográfico de A Coruña interviene en la ejecución de los proyectos que se enumeran seguidamente:
- Evaluación de las poblaciones pesqueras más importantes ara la flota española en las aguas de la Comunidad Económica Europea y de la plataforma española del Cantábrico y Galicia.
- Investigaciones biológico-pesqueras sobre túnidos y especies afines, comenzadas en 1972 cuando empezó sus trabajos el Comité Permanente de Investigaciones y Estadísticas (SCRS) de la Comisión Internacional para la Conservación de los Atunes del Atlántico (ICCAT), y como consecuencia de las necesidades de investigación que conlleva el ser el primer país en capturas de túnidos y especies afines del Atlántico.
- La «Vigilancia del Mejillón», cuya finalidad es detectar la presencia de dinoflagelados productores de toxinas que a través de los moluscos puedan afectar a la salud humana. Los fenómenos conocidos como «mareas rojas», por la coloración que comunican al agua los dinoflagelados, son muy dañinos para la industria meillonera, de tanta importancia en Galicia, y los avances conseguidos en el conocimiento del efecto de los tóxicos y su detección, en la ordenación de las áreas costeras según su peligrosidad potencial y en la capacidad de predicción de los brotes de dinoflagelados, se traducen inmediatamente en una mayor seguridad para la salud pública como para los cultivos de organismos marinos.
- Programa general de Investigación Oceanográfica, con el fin de aumentar el conocimiento de los procesos dinámicos marinos para poder prever posibles cambios producidos por la gran presión de uso a la que se encuentra sometido el mar, que podrían tener graves consecuencias para su explotación.
- Investigación sobre el cultivo de moluscos, llevada a cabo desde 1975; se ha estudiado la biología de la mayor parte de las especies de interés comercial tales como mejillón (Mytilux galloprovincialis), almeja babosa (Venerupis pullastra), vieira (Pecten maximus), berberecho (Cerastoderma edule) y otras, junto con las técnicas de cultivo a flote tradicionales, la explotación de playas, la captación natural de semilla y el desarrollo larvario y juvenil en cautividad.
- Estudio de la contaminación marina que tiene por objetivo la evaluación y control de los efectos de los contaminantes, ya que la capacidad de usos múltiples de la zona litoral (desarrollo de la acuicultura, turismo, etc.) está comprometida por la gran cantidad de contaminantes liberados al medio marino; incluso la pesca de bajura puede ser afectada dado que algunas especies tienen sus zonas de alevinaje en lugares abrigados del litoral.
- Aunque no han tenido carácter de proyectos regulares, no debemos dejar de citar los estudios sobre los accidentes y vertidos de productos tóxicos del buque «Erkowit» en 1970, del petrolero «Urquiola» en 1976, y del «Casón» en 1987, así como los trabajos acerca de la contaminación de la ría de Pontevedra, y algunas zonas de la costa de Lugo.