Crónicas para un centenario

CRÓNICAS PARA UN CENTENARIO 266 junta Hispano-Portuguesa sobre Contaminación del río Miño” y de la “Comisión de Conservación de la Naturaleza” del Consejo Económico Social Provincial de Pontevedra. En 1974 participa en las campañas que el IEO estaba llevando a cabo en la ría de Arousa y es- cribe un capítulo del libro editado por el Instituto de Estudios Políticos sobre “La actual revisión del derecho del mar: una perspectiva española”. Fue profesor visitante de Oceanografía Química en la Comisión Colombiana de Oceanografía, en la Universidad de Cartagena de Indias, durante el curso de 1974. En 1975 vuelve a participar en el periodo de Sesiones de la Tercera Conferencia de las Nacio- nes Unidas sobre el Derecho del Mar en Ginebra. Formó parte de la comisión de estudio y seguimiento de la contaminación causada por el pe- trolero “ Urquiola ” en el puerto de A Coruña, en 1976. Se le encomienda también la investigación de la contaminación causada por la rotura del emisario submarino de una industria de celulosa en la ría de Navia, en Asturias. En 1977 y 1978 coordina la “Red de Vigilancia de la Contaminación del Mar” en Galicia, participando, junto con Robles, en diferentes reuniones. Alcanzó la categoría de director de laboratorio en 1981, ejerciendo durante varios años las funciones de adjunto a la Dirección del COV. En 1986 pasó a ser director en funciones del Centro Oceanográfico de Vigo. Se jubiló en 1989 y falleció en 1995. BUEN LOZANO, Fernando de (1895-1962) Nació en Barcelona. Hijo de Odón de Buen y del Cos, fundador y primer director del Instituto Español de Oceanografía. En 1916 se licenció en Ciencias Naturales en la Universidad Central de Madrid con premio extraordinario. Hizo también estudios de Farmacia y se doctoró en 1923. Entre 1915 y 1918 fue subdirector de la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa. Su primer trabajo en el Instituto fue como ayudante interino en el Laboratorio Oceanográfico de Baleares, en 1916. Entre 1916 y 1918 compaginó su trabajo en el Instituto con la impartición de clases de mineralogía y botánica en la Facultas de Ciencias de la Universidad de Madrid. Acompañó a su padre en diferentes campañas. Durante la campaña llevada a cabo en las “Rías Baixas”en 1916 hicieron observaciones sobre un fenómeno de aguas rojas. En los años siguientes la identificación del organismo causante de la coloración de las aguas fue objeto de debate entre Fernando de Buen y el catedrático pontevedrés Sobrino Buhigas. En marzo de 1918 fue nombrado director de los laboratorios de la Inspección en Vigo y Ma- drid. A partir de este año presta atención al estudio de la sardina de Vigo, con la colaboración de Miguel Pérez, biólogo destinado en el Laboratorio, publicando varios trabajos sobre su creci- miento y el uso de las escamas para estimar la edad de los ejemplares. En 1919 fue nombrado sucesivamente ayudante de los Laboratorios de Málaga y Baleares y en 1920 director del Laboratorio Oceanográfico de Málaga. En 1924 asciende a jefe de Departa- mento. Participó en numerosas campañas oceanográficas internacionales (“ Dana ”, “ Giralda ”) y nacio- nales, éstas a bordo del “ Xauen ” entre 1929 y 1934, en las que se obtuvieron los primeros datos batimétricos y oceanográficos de diferentes costas españolas y marroquíes. Acompañando a su padre, asistió a diferentes reuniones y congresos nacionales e internacionales, ocupando pues- tos relevantes en diversas Comisiones internacionales de investigación. Durante su carrera en el Oceanográfico publicó numerosas obras sobre la pesca en España, importantes monografías sobre ictiología, como la “Ictiología Española”, en varios volúmenes, y un gran número de artículos sobre la biología del atún y de la sardina, y sobre la taxonomía de diferentes grupos, en particular de los góbidos. Entre 1930 y 1936 prestó atención a las experien- cias para el cultivo de moluscos, supervisando el parque de mejilloneras del puerto de Barcelona y otras instalaciones para cultivos en Santander. La Guerra Civil causó una ruptura en sus actividades científicas, participando activamente en la guerra con el ejército republicano. Al terminar la guerra se exilió en Francia y de allí se trasladó