Crónicas para un centenario

CRÓNICAS PARA UN CENTENARIO 222 La relación y colaboración con el CIEM es cada vez mayor. Lens asiste a las reuniones de grupos de trabajo sobre artes de pesca, en Hamburgo (Alemania) 60 y en Boulogne-sur-Mer (Francia) 61 . A propuesta de Robles la Dirección del Instituto comisiona a Lens para hacer una estancia de formación en la división de tecnología de artes de pesca del Laboratorio del ISTPM de Boulogne. Además de estudiar los métodos y procedimientos para el diseño de artes de arrastre en el Canal de Experiencias de dicho Laboratorio, debe evaluar la tecno- logía para su posible implantación en España 62 . En su informe hace un estudio comparado de las tecnologías disponibles para la experimentación en artes de pesca. En mayo Robles se desplaza a Aberdeen para asistir a un grupo de trabajo del CIEM. Lens visita el puerto de Aguiño para ponerse en contacto con la Cofradía de Pescadores, los patrones de la flota palangrera y el personal de la lonja para dar comienzo a un estudio sobre la flota del palangre. En sucesivas visitas mensuales a Aguiño toma datos de capturas en la cofradía, hace biometrías de merluza en la lonja y embarca en palangreros 63 . 60 Working Group on Research and Engineering Aspects of Fishing Gear, Vessels and Equipment. 61 Working Group on Standardisation of Scientific Methods for Comparing the Catching Performance of Different Fishing Gear. 62 En Vigo se da una convergencia de sectores interesados en la tecnología de los artes de pesca: una importante flota pesquera, fábricas de redes y aparatos de pesca, Escuela de Formación Profesional Náuti- co-Pesquera y de centros de investigación marina. 63 Embarcaba en los palangreros“ Azo r”y“ Gude V ”(de entre 10 y 15 m de eslora y una tripulación de unos 8 miembros). Los barcos salían de madrugada para llegar al caladero de “Los Cantos”, en el talud continental, a la hora convenida para largar los palangres. En esta operación los barcos arrancaban en paralelo siguiendo el perfil del fondo por la sonda. En el pequeño puente malamente cabían dos personas y, salvo una cocinilla para calentar la comida, no había a bordo ninguna otra instalación “suntuaria”, por lo que las necesidades fisiológicas (incluyendo las consecuencias del mareo) se hacían por la borda. Las observaciones biológicas se grababan en un magnetofón y posteriormente se transcribían a formularios. Palangreros en la zona de “Los Cantos”. (S. Lens) Halado del palangre. (S. Lens)

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