Crónicas para un centenario
CRÓNICAS PARA UN CENTENARIO 165 supliendo las graves carencias de medios y personal de la institución con una gran motiva- ción y dando ejemplo de vocación y dedicación al Instituto 44 . Pero no acaba aquí la mala racha del Instituto este año. El 8 de noviembre, dos meses después de la desaparición de Navarro, se recibe en el Laboratorio un telegrama de Ma- drid comunicando el fallecimiento del almirante Génova, director del IEO, después de estar indispuesto durante un tiempo, y cuando sólo llevaba poco más de tres años en el cargo. Ante estos hechos, la sensación de incertidumbre entre el personal del Instituto debió de ser grande. El recién desaparecido equipo directivo del Instituto tenía en sus manos, entre otros proyectos, la redacción bastante avanzada de un nuevo Reglamento de Régimen Inte- rior, que se iba a circular a los Centros Costeros para la participación del personal. Pero estos acontecimientos lo impidieron. ◆ 44 Segoviano de nacimiento, fue premio extraordinario de Licenciatura. Ingresó en el Instituto en 1921, en 1923 pasó como ayudante al Laboratorio de Palma del que fue director en 1925. Desde 1940 fue jefe del De- partamento de Biología y subdirector del IEO. Sufrió graves limitaciones físicas: una sordera progresiva que llegó a ser total en los últimos 20 años y trastornos visuales que se agravaron hasta dejarlo prácticamente ciego. Participó en numerosas campañas, ejerció cargos de responsabilidad en el CIEM, CIESM y CGPM y publicó más de 100 artículos de investigación. Falleció a los 62 años. (véase Lozano Cabo, 1961).
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MTQwOQ==