Crónicas para un centenario

CRÓNICAS PARA UN CENTENARIO 14 pudo llevarse a cabo en su totalidad, pero resultó decisiva para la vinculación de Odón de Buen con la ciencia del mar. Ese mismo año, el Ministerio de Fomento promueve la creación en España de una red de Laboratorios Biológicos Marítimos o Estaciones Marítimas de Zoo- logía y Botánica experimentales, para el progreso y la enseñanza de las ciencias naturales en España, a semejanza de las que ya existían en otros países europeos. El Real Decreto para su creación establece que estos Institutos deben ser centros de investigaciones biológicas permanentes, dependientes del rector del distrito universitario en que radique. Vigo era una de las ciudades que aspiraba a tener una Estación y varias publicaciones viguesas, como La Correspondencia y El Independiente así lo solicitan. Aunque se creía que la costa gallega era el lugar más apropiado para su instalación, finalmente se eligió a Santander como sede de la Estación. Su promotor y primer director fue el catedrático de la Universidad de Valladolid Augusto González de Linares. La Estación no contó con instalaciones fijas hasta 1889. En 1887 y 1888 González de Linares, acompañado de José Rioja, emprendió diversas cam- pañas por las costas atlánticas del norte y oeste de España, visitando diversas localidades en las que realizaron dragados y estudiaron el material recogido. Se detuvieron especialmente en las rías de Arousa, Pontevedra y Vigo (todo el mes de abril de 1888) en donde alquilaron embarcaciones para los dragados. Los resultados de estos trabajos se recogieron en 1906 en una publicación de Rioja. González de Linares colaboraba asiduamente con el Museo de Historia Natural de Madrid y con la Sociedad de Historia Natural, mediante envíos de material y presentación de comunicaciones en las sesiones de la Sociedad 4 . Con José Rioja y Martín, que fue su segundo director, la Estación de Santander pasó a depender del Museo de Historia Natural. Merecen ser mencionados los trabajos de Xavier Ducloux, ingeniero y cónsul francés en Vigo, sobre la fauna ictiológica y la industria pesquera de Galicia (distritos marítimos de Vigo y Vilagarcía) entre los años 1892 y 1899, con especial atención a la biología y pesca de la sardina. Al médico odontólogo vilagarciano Roque Carús Falcón le corresponde el mérito de haber realizado, de forma autodidacta, las primeras observaciones al microscopio sobre el plancton de la Ría de Arousa. Ernesto Caballero, catedrático del instituto de Enseñanza Media de Pontevedra, estudió las diatomeas poniendo a punto técnicas pioneras para su preparación, observación y fotografiado al microscopio. Las crisis sardineras eran un fenómeno recurrente en Galicia y afectaban también a otras regiones pesqueras europeas. En las costas de Bretaña la situación era dramática. El príncipe Alberto I de Mónaco fue un adelantado en los estudios oceanográficos y pesqueros en Euro- pa y dedicó especial atención al estudio comparado de las costas europeas. Le unía a España el hecho de haberse formado como militar en la Armada española. Su primera visita a Vigo se produjo en 1866, durante su periodo de formación como oficial de la Marina española, a bordo del buque “ Tetuán ”. La costa norte de España y la región de las Azores fueron objeto preferente de sus expediciones. En el transcurso de sus cruceros de investigación oceano- gráfica y pesquera, entre 1885 y 1888 llegó a realizar hasta 4 campañas a bordo del “ Hironde- lle ”para estudiar la pesca de la sardina, visitando los puertos de Vigo, Ferrol y A Coruña. Entre 1894 y 1896 vuelve a Galicia a bordo del “ Princesse Alice ” y a partir de 1897 en el “ Princesse Alice II ”, realizando su última visita a Vigo en 1909 5 . Sus observaciones quedaron recogidas en la publicación“ La Pêche de la sardine sur les côtes d’Espagne ” 6 , al tiempo que dos de sus co- laboradores elaboraban otra sobre el alimento de esta especie. En los años siguientes crearía el Museo Oceanográfico de Mónaco (1910) y el Instituto Oceanográfico de París (1911). 4 Madariaga, 1986; 2004 5 Fraga, 2012 a/En uno de sus viajes a Vigo observó un banco de sardinas que tardó cinco horas en atra- vesarlo. (Massutí y Margalef, 1950). 6 Príncipe Alberto de Mónaco, 1887.

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