Crónicas para un centenario
CRÓNICAS PARA UN CENTENARIO 157 También en noviembre se celebra en Madrid la VI asamblea del Centro Superior del Frío, a la que contribuyen varios investigadores del Laboratorio. Dominica Montequi toma posesión como técnico contratado y Ramón Bóveda Melén- dez recibe el nombramiento de patrón. El Laboratorio renueva los contratos de los técnicos contratados Molíns, Ezama y Besada. El Instituto solicita a los Centros Costeros personal para embarcar en las campañas programadas con motivo de la celebración del Año Geofísico Internacional. 1958. Los investigadores del Instituto eran conscientes de las prioridades de trabajo en un organismo de investigación y asesoramiento creado para los fines y necesidades de la Admi- nistración del Estado. Valga como botón de muestra la frase que aparece en el plan anual de investigación del departamento de Química: “ La realización del plan (de investigación) queda condicionado al hecho de que otros temas (como los referentes a control químico de conservas, actualización de análisis de componentes nutritivos en el agua de mar, etc.) no impongan su prioridad ” 25 . En enero comienzan los preparativos para llevar a cabo los experimentos sobre corrosión en la Escuela de Transmisiones y Electricidad de la Armada (ETEA), en la ensenada de Ríos, en Vigo. El comandante director, Manuel Álvarez Osorio pone a disposición del Instituto la dársena de la Armada en Ríos, en donde el Laboratorio ya venía realizando experiencias de cultivo, para que se puedan llevar a cabo dichos trabajos. En marzo llegan de Madrid las planchas de hierro para las experiencias. El primer paso consiste en someter las planchas a una limpieza y fosfatación, para después pintarlas con diferentes pinturas (al aceite, al clo- rocaucho), y aplicarles dos tipos de tratamientos alternativos para evitar las incrustaciones, uno con cromato de cinc y otro con óxido cuproso. Desde Madrid se le recuerda al personal que participa en estos experimentos que los tratamientos que se están utilizando deben permanecer en secreto. Para hacer la experiencia se sumerge en el mar un dispositivo con 32 planchas metálicas (se utiliza también el término de“probeta”) a una profundidad de entre 3 y 4 m. Las planchas van dispuestas en parejas, en unos bastidores o marcos de madera. Una vez al mes personal del Laboratorio se desplaza a Ríos para hacer el seguimiento y observar la progresión en la colonización y las alteraciones que se van produciendo en el metal. Des- de una gabarra se levantan los bastidores para hacer las observaciones sobre los or- ganismos incrustantes y las condiciones que presentan las superficies metálicas. Además se toman fotografías de cada plancha por duplicado. Los negativos y los correspondientes positivos, una vez procesados por un fotógrafo profesional, para garantizar la máxima calidad y uni- formidad en el tratamiento, se envían a Madrid. En diciembre se da por finalizado el trabajo de campo y se envían las plan- chas a Madrid para su examen final. En 1958 se reanudan las campañas oceanográficas a bordo del “ Xauen ”. En- tre el 28 de febrero y el 14 de marzo se lleva a cabo una campaña desde Málaga al cabo de San Vicente, con el fin de de- 25 ACOV, Departamento de Química. Carpeta Memoria trabajos sobre corrosión. Miguel Oliver, Félix Cabañas y Lorenzo Rodríguez Molíns en la campaña del Xauen en 1958. (Archivo Laura Rodríguez Abad)
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