El IEO evalúa el tamaño de las poblaciones de caballa y jurel en el golfo de Vizcaya y Galicia
14/03/2015
Durante dos campañas a bordo del buque Vizconde de Eza, perteneciente a la Secretaría General de Pesca
Investigadores del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO) llevarán a cabo dos campañas oceanográficas en los próximos dos meses que servirán para estimar el tamaño de las poblaciones de caballa y jurel del margen atlántico español. Un esfuerzo coordinado con la mayoría de los países de la fachada atlántica europea para llevar a cabo el que supone el mayor muestreo para la evaluación pesquera en el continente.
Cada tres años, la mayoría de los países de la fachada atlántica europea lleva a cabo el que sin duda es el esfuerzo de muestreo más intenso y coordinado de campañas oceanográficas para la evaluación de los recursos pesqueros. Se trata de las campañas para la estimación del tamaño de las poblaciones de caballa y jurel.
Ambas especies tienen en común su amplia distribución, que abarca las costas atlánticas de todos los países de Europa, y una dinámica de migraciones tan amplia como compleja. Razones de peso para que cualquier investigación que se lleve a cabo sobre estos importantes recursos deba hacer de forma coordinada entre todos los países.
Pero lo que realmente caracteriza a estas campañas de evaluación es el método: la cantidad de caballa y jurel en el mar se mide de forma indirecta a través del recuento y estimación de la producción total de huevos que se obtienen a través de un muestreo intenso en todo el Atlántico Nororiental. Efectivamente, existe una proporción entre el número de huevos y el número de hembras que los ha puesto. Diversas investigaciones sobre el desarrollo embrionario de esos huevos y de la propia fecundidad de las hembras han permitido derivar de esa relación el número de hembras. Y, finalmente, la estimación del sex-ratio o proporción entre hembras y machos.
Un esfuerzo de muestreo que se inició en enero y que finalizará en el mes de agosto y que se traduce en 20 campañas oceanográficas, de las cuales el Instituto Español de Oceanografía llevará a cabo dos entre los meses de marzo y abril. Son dos campañas, CAREVA y JUREVA, con igual diseño de muestreo y realizando la misma cobertura espacial, que se desarrollarán desde la parte sur del golfo de Vizcaya, desde el 46ºN, al norte de la desembocadura del Garona, y la frontera entre España y Portugal, en la desembocadura del Miño. Un total de 137 estaciones en las que desde una profundidad máxima de 200 m hasta la superficie se realizarán arrastres en oblicuo con una red especial para la captura de huevos de esas especies.
Además, en cada estación se recogerá información oceanográfica que permitirá caracterizar la columna de agua (en especial: temperatura, salinidad o concentración de oxígeno), imprescindible para conocer las condiciones y tiempo de desarrollo embrionario de esos huevos. Complementariamente se llevarán a cabo arrastres pelágicos para determinar los parámetros reproductivos de las hembras que permitirán estimar la biomasa total de adultos.
Las campañas se llevarán a cabo a bordo del buque de la Secretaría General de Pesca Vizconde de Eza y participará un equipo multidisciplinar del IEO compuesto por 12 personas, liderado por los investigadores Isabel Riveiro y Pablo Carrera, ambos del Centro Oceanográfico de Vigo. La primera de ellas, CAREVA, se inició el pasado lunes 7 de marzo en Santander y tiene previsto finalizar el día 1 de abril en Vigo, puerto del que partirá la segunda de ellas, JUREVA, el próximo 9 de abril, finalizando en el mismo puerto el día 1 de mayo.
La caballa es una de las especies más dinámicas de nuestros ecosistemas marinos, con un tamaño de población estimado que sobrepasa los 5 millones de toneladas y que soporta capturas anuales de más de un millón, siendo, en este sentido, una de las principales pesquerías de Europa, tanto por volumen de captura como también por valor económico. Realiza grandes migraciones, situándose en primavera en las aguas del sur de Europa, entre el Cantábrico y el oeste de Irlanda, lugar donde tiene lugar la puesta, para luego ir desplazándose hacia el norte hasta situarse en verano en aguas del mar de Noruega y Ártico, principal área de alimentación. Esta dinámica migratoria, entre zonas de puesta al sur y zonas de alimentación al norte, hace de esta especie un recurso de compleja gestión, al tener los pescadores de todos los países costeros la percepción de importantes abundancias temporales en sus costas.